Modalidades de otoplastía
¿Para qué sirve la otoplastía?
La otoplastía es la cirugía estética de orejas que se encarga de corregir deformidades o irregularidades de los patrones anatómicos. Su principal objetivo es que el paciente se sienta satisfecho con la forma y tamaño de sus orejas.
Una oreja puede verse alterada por algún golpe o traumatismo – como en el caso de quienes utilizan aretes pesados, expansores o han tenido accidentes – o por malformaciones congénitas. En estos casos hablamos de reconstrucción auricular, que también es un tipo de otoplastía.
Cuando hay inconformidad estética del paciente porque sus orejas son muy grandes o sobresalen a los lados, entonces nos referimos a variedades genéticas. Es decir, a condiciones que el paciente trae de nacimiento o como características particulares de su anatomía.
¿Cómo se realiza una otoplastía?
Existen diferentes técnicas o modalidades para la otoplastía. En cada caso el médico analizará varios factores para determinar cuál es la más apropiada para cada paciente: la edad, si el cartílago es muy grueso o no, y si es flexible, o si la concha auricular se encuentra aumentada.
Según estos factores y el tipo de corrección a realizar el médico puede emplear cualquiera de las siguientes modalidades:
- Método de hilo: se realiza sin hacer incisiones en la oreja, sino que se pasan suturas o puntadas en ciertas partes de la oreja hasta llegar al cartílago y conseguir que este se pliegue un poco y quede más cerca del cráneo. La recuperación es más cómoda y rápida. Los resultados podrían revertirse con el tiempo, por eso se recomienda solamente en pacientes que no tengan orejas tan sobresalientes y la corrección a realizar sea leve.
- Incisión y rallado del cartílago: para comenzar se realizan pequeñas incisiones tanto a nivel de la piel como a nivel del cartílago, en la parte de atrás de la oreja. Luego se ralla el cartílago para reducir su tamaño y se realizan suturas. Es el método más común y el más adecuado para alcanzar resultados seguros y duraderos.
- Incisión y resección del cartílago: el método es muy similar al anterior, con el adicional de que se elimina parte del cartílago de la concha auricular. Es ideal para casos de orejas muy separadas por tener una concha auricular muy desarrollada; sobre todo si el cartílago es poco flexible, lo cual es más común en personas de mayor edad.
- Lóbuloplastía: El lóbulo de la oreja es ese tejido blando en la parte inferior de la oreja donde usualmente se colocan los aretes las mujeres. En ocasiones esta zona puede necesitar un retoque en su forma, tamaño y posición. Para estos casos se emplea la lobuloplastía, la cual puede realizarse en conjunto con alguna delas anteriores o de forma independiente.
- Otros: las técnicas anteriores pueden combinarse para lograr corregir cualquier otra condición anormal en la forma y estructura de la oreja, como el pliegue antihélix, la concha auricular, el lóbulo, o cualquier otra parte que necesite ser mejorada.
Recuerde que unas orejas bonitas no deben sobresalir, es decir, cuanto más normales luzcan más estéticas se consideran. La otoplastía en sus diferentes modalidades trabajará sobre la línea, forma y proporciones de las orejas para darles un aspecto normal que no llame la atención en relación con el resto del rostro.
Consulte con el cirujano la técnica más adecuada para su caso particular según el tipo de corrección a realizar, su edad, las características de su cartílago y sus expectativas. No olvide aclarar todas sus dudas antes de tomar la decisión de someterse a la cirugía.