Reconstrucción de labio leporino y paladar hendido

El labio leporino es un defecto que se trae desde el nacimiento. Consiste en una hendidura en el labio superior que podría llegar hasta la base de la nariz, en algunos casos no llega hasta este punto y es más leve. Este problema está muy relacionado al paladar hendido, en el que hay una abertura en el techo de la boca, es decir, el paladar no se cierra por completo, por lo que tiene una hendidura que podría llegar hasta la cavidad nasal.

Para corregir estas el labio leporino se practica una cirugía plástica en la que se reparan los tejidos y se realiza una sutura en el labio con la cual se pretende unir los tejidos separados. Es muy probable que quede una cicatriz importante que une el labio con la base de la nariz.

Al trabajar el paladar, el cirujano puede tomar tejido de la bóveda del paladar para cubrir el velo. Si corrige el defecto a temprana edad, el paladar podrá cambiar con el crecimiento del bebé y será posible prevenir problemas posteriores de lenguaje de acuerdo con el desarrollo de sus habilidades comunicativas. Es usual y recomendable que los niños se sometan a esta cirugía en entre los 9 y 12 meses de edad.

La cirugía se realiza bajo anestesia general y es un procedimiento ambulatorio, en la mayoría de los casos no requiere hospitalización. En ocasiones será necesario también corregir la punta de la nariz, de ser así se trata de una cirugía distinta denominada rinoplastia.

Es erróneo creer que esta corrección es solamente estética, es realmente necesaria y sobre todo que sea a temprana edad, ya que este defecto puede generar problemas al bebé para alimentarse del pecho de su madre. Más adelante, cuando el bebé consuma alimentos sólidos también podría tener dificultades para comer. El paladar hendido y labio leporino también pueden afectar el habla de forma permanente hasta la edad adulta.

Las infecciones de oído son una complicación asociada a este problema, ya que al haber una disfunción en la conexión del oído medio con la garganta producto de la hendidura del paladar, el niño está más propenso a infecciones. Inclusive, si los ciclos infecciosos persisten podría implicar una pérdida auditiva.

Por otra parte, el proceso de crecimiento de los dientes también se ve afectado, debido a que la hendidura podría impedir que los dientes salgan con normalidad y posteriormente será necesario tratamiento de ortodoncia.

Desde el momento en que se identifica que el bebé tiene paladar hendido, la madre debe ser asesorada por enfermeros o especialistas para aprender la forma correcta de alimentar a su bebé; como mencionamos, esta malformación no le permitirá amamantar con normalidad. Sin embargo, es necesario encontrar el modo de alimentar al bebé para que gane peso en sus primeras semanas y se encuentre saludable al momento de la cirugía.

A algunas madres y padres les preocupan los cuidados posteriores a la cirugía, ya que al tratarse de bebés es complicado que no se toquen las suturas o manejar las molestias. Existen protectores acolchados para que el bebé no se lastime la herida si intenta tocarse. Los puntos de la sutura se disuelven solos al cabo de 5 o 7 días después.

Durante la cirugía y algunas horas después, el niño recibirá alimentación intravenosa, pero recibirá instrucciones sobre cómo alimentarlo durante la recuperación. Es posible que el paciente experimente más incomodidades para alimentarse con la cirugía de paladar hendido que si solo se le realiza la corrección de labio leporino.

El dolor y la inflamación son comunes en el post operatorio, pero el cirujano le indicará los medicamentos que puede darle al niño. No debe preocuparse si observa sangrados leves durante las primeras horas, es totalmente normal. La cirugía se puede tratar más adelante pero no desaparecerá por completo.

Si tiene un hijo pequeño con labio leporino o paladar hendido tome en cuenta muy seriamente realizarle una cirugía correctiva. Quedará con la satisfacción de haberle evitado serios problemas para funciones tan básicas como comer y hablar.