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Doctor Alfredo Vargas González

Bótox vs. rellenos

El cuidado del rostro se ha convertido en un tema de suma importancia y consulta, cada vez son más las personas interesadas en tener una apariencia fresca y rejuvenecida. También han crecido las opciones disponibles, los tratamientos se han diversificado según las necesidades y características de cada paciente, por lo que es fundamental informarse para encontrar el producto y tratamiento más adecuado para usted.

Probablemente ha escuchado hablar sobre algunos métodos comunes como el bótox y los rellenos, o inclusive hay quienes los confunden. Sin embargo, se trata de dos tratamientos muy distintos que es necesario diferenciar para conocer las ventajas y usos de cada uno. Por un lado el bótox es el nombre de una marca comercial del producto llamado toxina butolínica tipo A; por otro lado, los comúnmente llamados “rellenos” realmente son ácidos hialurónicos reticulados y hay de muchos tipos.

El bótox es una sustancia inyectable cuya función es modular la acción molecular, en otras palabras, relajar los músculos que causan las líneas de expresión cuando nos reímos o hacemos cualquier gesto facial. Específicamente se busca atenuar la movilidad de los músculos que generan esas arrugas sin que se pierda la expresividad de la cara. Por lo tanto, el botox profundiza en las arrugas ya existentes y evita la aparición de nuevas.

Es importante comprender que el bótox no se utiliza para dar volumen, se tiene la creencia de que el rostro se abulta o tiene apariencia de hinchazón, sin embargo, esta sustancia funciona para mejorar la apariencia de la piel disminuyendo las arrugas. Es por esto que, por ejemplo, en los labios no se utiliza para dar volumen, sino que eso correspondería a otro tratamiento como los rellenos.

El bótox puede utilizarse de manera preventiva para lo cual se aplica desde antes de los 35 años. Generalmente se aplica a partir de los 35 a los 40 años, no obstante, esto siempre dependerá de las características de cada paciente. En cuanto a los resultados, estos se manifiestan de forma gradual; inicialmente se pueden observar mejoras entre las primeras 48 a 72 horas y los resultados máximos se reflejan alrededor de 15 días después de la aplicación y se mantienen por hasta 4 o 6 meses.

Bótox vs. Rellenos

Bótox vs. Rellenos

Algunas personas temen utilizar esta opción ya que han visto en revistas o televisión a personas que por el bótox tienen una apariencia de “rostros congelados”, pero estos casos en su mayoría se deben a aplicaciones excesivas. Lo usual es aplicarlo 1 o 2 veces al año, quienes lo aplican más seguido pueden provocar ese efecto facial. Por lo tanto, en fundamental consultar a un médico profesional en estética, ya que la dosificación es personalizada, funciona diferente para cada paciente y dependerá de la fuerza y tamaño del músculo y de los objetivos que usted quiera alcanzar.

En cuanto a los rellenos, estos se componen de ácido hialurónico, colágeno o hidroxiapatita de calcio que son sustancias que el cuerpo produce naturalmente que hidratan y dan volumen a la piel. Con el paso del tiempo esas sustancias se degradan y se pierde la capacidad de reponerlas por lo que el rostro puede llegar a tener una apariencia de cansancio. Los rellenos se utilizan para rejuvenecer el rostro y rellenar las arrugas, permiten recuperar volumen en zonas como el contorno del rostro, las comisuras y surcos, además que mejoran la textura de la piel al darle más tensión. Mientras que el botox ayuda a corregir las arrugas causadas por las líneas de expresión, los rellenos contribuyen a corregir las arrugas estáticas, es decir, aquellas que son visibles aun cuando el rostro está en reposo.

Son sustancias inyectables que se aplican en arrugas pero también en el cuello y escote para corregir arrugas profundas, en labios para dar volumen, en pómulos y mentón para perfeccionar la forma de la zona o disimular alguna cicatriz, y en nariz para levantar la punta, corregir la forma o proyectar el ángulo.

En cuanto a sus resultados estos se reflejan de forma casi inmediata, ya que durante las sesiones, que pueden tardar entre 15 y 30 minutos, se rellenan directamente las arrugas. Su efecto puede permanecer entre 9 a 12 meses, pero usualmente el tratamiento se aplica una vez al año. Al igual que el bótox, la dosificación y frecuencia dependerá de la calidad de la piel del paciente, edad y la zona inyectada.

Si su objetivo es reducir las molestas arrugas, evitar que aparezcan más o mejorar la apariencia de alguna zona de su rostro en específico, siempre la recomendación será que consulte con un médico especialista para que reciba una atención personalizada orientada a darle los mejores resultados de acuerdo con sus necesidades, y así el cuidado de su rostro sea toda una experiencia de responsabilidad y éxito en los resultados.

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